ahora lo sé, también soy mala con las palabras
ahora, por ejemplo, solo sé balbucear un nombre que inicia con
una fricativa alveolar sorda y se siente
igual de suave
que su piel al tacto
ahora solo conozco las manos sudadas
los besos en la frente
los cariñitos en el cuello
las marcas en las muñecas
la sutileza de la fuerza de un hombre
un hombre
ahora reconozco el sabor de las estrellas que sobre él
son lunares son marcas, que sobre mí son cicatrices
son dudas son miedos
que le muestro y que observa con atención y sonríe y dice que no existen
pero son igual de visibles que las señales que hemos aprendido
a decodificar en nuestras miradas
ahora sé que el amor
(aunque no le llamemos así)
es ruido, que a veces se hace brutalmente en silencio
que el amor es dulce, líquido, que se parece a una
malteada, a un jugo de naranja un domingo
temprano por la mañana
a tirar accidentalmente un vaso
que se encontraba al pie de la cama y reír porque qué se
va a hacer si no reír de la misma manera
que se hace a las tres de la mañana
juntos de camino a casa
sin cantar las canciones que se quedan para siempre en la cabeza
después de escucharlas dos veces
la memoria no es tan mala después de todo
conozco a un hombre
solo a uno
que va por allí
con la boca y el mentón manchados de labial
un hombre que me deja usar sus playeras
un hombre que duerme con sus dedos entre mi cabello
qué otra cosa voy a respirar si no es la sal de las olas del suyo
20180522
20180515
Mamá me dijo visita a Buda (Kamakura)
mamá me dijo cuídate
mamá me dijo cuídense mucho
mamá me dijo te amo y te extraño
mamá me dijo come bien, por favor
recuerda hacer reverencia namasté te honro y te respeto
esa fue la única vez que el tren se retrasó
ese día me duché con agua fría, probé el helado
suave de té verde, visitamos el mar que estaba
cerquísima, uno que se movía como ninguno otro; ví una casa
blanca que no puedo sacar de mi memoria, estaba
a la orilla de la carretera, la verdad es que voy
a extrañarla; pisamos la arena sucia
llena de ramas rotas y pisamos las calles que
debía pisar
lloré en el templo Hase-dera
junto a las estatuas Jizo
mamá yo no quiero ser madre
no
por lo menos no ahora no todavía
por eso lloré en el templo Hase-dera
junto todo a esos seres que no fueron
que son piedra que fueron ilusión de ser
que son niñas que son niños que son velas
que se quemaron más rápido que nosotros
los que seguimos aquí, mamá
mira como hoy
no te llamo madre
como hoy te digo mamá
porque tengo cinco años de nuevo, yo también
te amo y te extraño
no te preocupes, estoy cuidando de mí
él también cuida de mí aunque nos demos la espalda
aunque suba las escaleras mientras yo dejo un caramelo
cerca de las figurillas para luego dejar el lugar y encontrarnos
con fruterías y ferreterías y luces tenues a nuestro regreso
solo sé que esa noche después de comer
pan de melón dormimos abrazados,
esa noche tocó mis pies
volví a llorar porque hay cosas que no van a volver
como las olas que siempre regresan siendo otras, largas, cortas
como las olas que hoy besaron mis zapatos en el mar de Kamakura
mamá me dijo cuídense mucho
mamá me dijo te amo y te extraño
mamá me dijo come bien, por favor
recuerda hacer reverencia namasté te honro y te respeto
esa fue la única vez que el tren se retrasó
ese día me duché con agua fría, probé el helado
suave de té verde, visitamos el mar que estaba
cerquísima, uno que se movía como ninguno otro; ví una casa
blanca que no puedo sacar de mi memoria, estaba
a la orilla de la carretera, la verdad es que voy
a extrañarla; pisamos la arena sucia
llena de ramas rotas y pisamos las calles que
debía pisar
lloré en el templo Hase-dera
junto a las estatuas Jizo
mamá yo no quiero ser madre
no
por lo menos no ahora no todavía
por eso lloré en el templo Hase-dera
junto todo a esos seres que no fueron
que son piedra que fueron ilusión de ser
que son niñas que son niños que son velas
que se quemaron más rápido que nosotros
los que seguimos aquí, mamá
mira como hoy
no te llamo madre
como hoy te digo mamá
porque tengo cinco años de nuevo, yo también
te amo y te extraño
no te preocupes, estoy cuidando de mí
él también cuida de mí aunque nos demos la espalda
aunque suba las escaleras mientras yo dejo un caramelo
cerca de las figurillas para luego dejar el lugar y encontrarnos
con fruterías y ferreterías y luces tenues a nuestro regreso
solo sé que esa noche después de comer
pan de melón dormimos abrazados,
esa noche tocó mis pies
volví a llorar porque hay cosas que no van a volver
como las olas que siempre regresan siendo otras, largas, cortas
como las olas que hoy besaron mis zapatos en el mar de Kamakura
Kamakura, Kanagawa
Noviembre, 2017
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