mamá me dijo cuídense mucho
mamá me dijo te amo y te extraño
mamá me dijo come bien, por favor
recuerda hacer reverencia namasté te honro y te respeto
esa fue la única vez que el tren se retrasó
ese día me duché con agua fría, probé el helado
suave de té verde, visitamos el mar que estaba
cerquísima, uno que se movía como ninguno otro; ví una casa
blanca que no puedo sacar de mi memoria, estaba
a la orilla de la carretera, la verdad es que voy
a extrañarla; pisamos la arena sucia
llena de ramas rotas y pisamos las calles que
debía pisar
lloré en el templo Hase-dera
junto a las estatuas Jizo
mamá yo no quiero ser madre
no
por lo menos no ahora no todavía
por eso lloré en el templo Hase-dera
junto todo a esos seres que no fueron
que son piedra que fueron ilusión de ser
que son niñas que son niños que son velas
que se quemaron más rápido que nosotros
los que seguimos aquí, mamá
mira como hoy
no te llamo madre
como hoy te digo mamá
porque tengo cinco años de nuevo, yo también
te amo y te extraño
no te preocupes, estoy cuidando de mí
él también cuida de mí aunque nos demos la espalda
aunque suba las escaleras mientras yo dejo un caramelo
cerca de las figurillas para luego dejar el lugar y encontrarnos
con fruterías y ferreterías y luces tenues a nuestro regreso
solo sé que esa noche después de comer
pan de melón dormimos abrazados,
esa noche tocó mis pies
volví a llorar porque hay cosas que no van a volver
como las olas que siempre regresan siendo otras, largas, cortas
como las olas que hoy besaron mis zapatos en el mar de Kamakura
Kamakura, Kanagawa
Noviembre, 2017